Aunque el concepto de factura suele ser entendido por la mayoría, lo cierto es que, cuando se profundiza un poco en esta cuestión, aparecen términos que hacen aflorar muchas dudas. Este es el caso de las facturas proforma. ¡Vamos a explicarlo!
¿Qué es una factura proforma?
Una factura proforma es una factura de carácter provisional que el empresario entrega al cliente y en la que se especifican los datos y condiciones de una operación comercial que se realizará en el futuro. Esto significa que este tipo de factura no tiene valor comercial, sino que solo es un documento que informa sobre los detalles de la futura factura definitiva.
Así pues, en una factura proforma se incluirán detalles como el precio, la base y los impuestos que se aplicarán a la futura actividad comercial. En definitiva, una factura proforma no es sino un borrador en la que se incluyen los datos de la prestación o la venta que se va a llevar a cabo en un futuro.
¿Para qué sirve una factura proforma?
La factura proforma no tiene valor comercial, sino que solo cumple con una función informativa. Esto significa que este tipo de factura no formará parte de la contabilidad del negocio o empresa, por lo que no se declara ni liquidará.
En definitiva, la factura proforma es un documento que sirve para informar sobre un servicio o un producto al cliente. No obstante, a pesar de que no tiene validez comercial, sí tiene validez jurídica, por lo que este documento será perfectamente válido para acreditar en un procedimiento judicial cualquier problema que haya podido surgir con el cliente.
¿Qué incluye una factura proforma?
La factura proforma incluye los siguientes datos:
Título en que se especifique que es una ‘’factura proforma’’.
Fecha de emisión de la factura.
Datos del vendedor, es decir, el nombre, apellidos, razón social, NIF y domicilio fiscal del empresario.
Datos del cliente, es decir, el nombre, apellidos, razón social, NIF y domicilio fiscal del comprador o cliente.
Descripción de los productos o los servicios que serán objeto de la actividad comercial.
Precio, es decir, el precio total neto, el IVA que se aplica y el importe bruto de la operación comercial.
¿Cuándo se utiliza un factura proforma?
Lo habitual es que, tras llegar a un acuerdo en la negociación de la venta de un producto o en la prestación de un servicio, el empresario o vendedor envíe al cliente una factura proforma. No obstante, esto no es obligatorio, aunque sí muy útil para informar de las condiciones de la operación comercial al cliente.
Sin embargo, la factura proforma suele enviarse siempre en las operaciones de comercio internacional, ya que resultan muy útiles para acreditar el precio que se deberá pagar en la aduana.
En cualquier caso, las facturas proforma se utilizarán en los siguientes supuestos:
Envío de ofertas comerciales entre comerciante y cliente.
Para detallar los términos y las condiciones en que se va a llevar a cabo la operación comercial.
Para acreditar una futura operación comercial en la que la recepción del producto y el cobro del mismo aún está pendiente.
Sin duda, las facturas proforma son un tipo de factura muy útiles para informar sobre las condiciones de la operación comercial al cliente.
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